El coworking, más que un espacio es una forma de trabajar centrada en las personas. El homeoffice ha acelerado la adopción de este formato, y ha convertido al coworking en la solución de flexibilidad idónea para afrontar los nuevos retos. Vanessa Sans, consultora especializada en el desarrollo de coworkings, colivings y espacios de trabajo corporativos, lo analiza en este artículo.

A quienes llevamos doce años años en el sector nos encanta decir que el coworking ha llegado para quedarse, porque se ha demostrado que es verdad. En muy poco tiempo, el coworking se ha transformado en una industria compuesta por cerca de 35000 espacios que ocupan una superficie de 48 millones en m2, con un valor de mercado global estimado en 26 mil millones de dólares.

Iinterior del espacio coworking Factory 103 de Barcelona, donde colabora Vanessa Sans.

Los espacios de coworking se caracterizan por la comunidad que albergan y por la flexibilidad en el servicio que ofrecen. Son espacios de trabajo que maximizan las sinergias y amplían las posibilidades de desarrollo profesional. Por otro lado, la flexibilidad implica que no hay contratos de arrendamiento largos. Se paga solamente por el acceso al uso. 

No solo es un espacio físico: es una forma de trabajo

El coworking, más que un espacio de trabajo es una forma de trabajar que se centra en las personas. Sus valores son la colaboración, la autonomía, la confianza, la elección, la accesibilidad y la flexibilidad; son valores que fomentan la innovación en las organizaciones. En los últimos seis años, la industria de coworking ha experimentado un crecimiento importante gracias al número de empresas y organizaciones que se han dado cuenta de este beneficio y han empezado a ocupar este tipo de espacios.

El Covid-19, con el trabajo remoto, ha acelerado en tiempo récord la adopción de esta forma de trabajar, impulsando al coworking como solución para los espacios de trabajo de las empresas. 

En la actualidad, la mayoría de las compañías se están replanteando el uso de sus oficinas porque sus empleados ya no quieren ir todos los días; han aprendido a trabajar de forma flexible. Quieren minimizar distancias y reducir desplazamientos en el transporte público, sobre todo en las horas punta. Además, la distancia social implica reducción de la densidad en la oficina. Esto significa la desaparición de grandes sedes por el exceso de espacio en desuso.

Hub & Spoke según Vanessa Sans

Para adaptarse a esta nueva realidad, empresas y organizaciones están integrando nuevas estrategias basadas en modelos híbridos como el Hub & Spoke; una solución inmobiliaria de oficina descentralizada con núcleo y radios.

El Hub & Spoke incluye una red de oficinas distribuidas geográficamente que permite a los profesionales trabajar desde el núcleo de la empresa con una ubicación de fácil acceso al transporte público, o bien les permite trabajar desde oficinas satélite o radiales más pequeñas repartidas en una zona regional. La sede central se convierte en el centro de colaboración de los empleados y actúa como hub en la cultura de la organización. Las oficinas satélites adquieren forma en los espacios de coworking u oficinas flexibles que están normalmente ubicadas cerca de zonas residenciales donde viven los empleados.

Estrategias de trabajo híbridas

Proporcionar espacio de oficina a los empleados deja de ser una prioridad para la empresa. Los espacios de flex office se convierten en una parte clave dentro de la estrategia inmobiliaria de las compañías actuando como proveedores del servicio, “space as a service”. 

Como consecuencia de este modelo, aparecen nuevos espacios de coworking en zonas residenciales que antes se ubicaban en el centro o las zonas de negocio de las ciudades. Otra consecuencia destacable es el crecimiento de plataformas o aplicaciones que ofrecen alternativas de espacios de trabajo flexible bajo una sola membresía.

Tengo la certeza que el coworking, como forma de trabajo, es lo que muchas empresas deben asumir. El trabajo remoto, autonomía, elección, flexibilidad y confianza, factores que han definido al coworking desde el principio, son los que definirán las estrategias de trabajo híbridas efectivas en el futuro.

Vanessa Sans en una charla celebrada en el coworking Factory 103 de Barcelona.

Hacia una contratación cada vez más flexible

La flexibilidad está marcando un cambio en la forma que vivimos, tanto en nuestro modelo de concebir los espacios como la forma en la que nos relacionamos. Como ya he señalado, el coworking se caracteriza por ofrecer un servicio de oficina flexible que implica pagar por el uso.

Esta flexibilidad es una oportunidad para empresas, organizaciones, profesionales independientes y freelancers para mitigar el riesgo en una era marcada por ciclos comerciales más cortos y la necesidad de mantenerse ágil en tiempos de incertidumbre.

A medida que más personas empiecen a trabajar desde dónde quieran y cuando quieran, exigirán mayor flexibilidad en los servicios. La analogía del gimnasio con la membresía mensual ha sido superada. El Covid-19 ha hecho que los espacios de coworking adopten otro formato todavía más flexible como el de las habitaciones de hotel o los asientos de avión. Es decir, la unidad de venta del servicio está pasando de unidad mensual de consumo a unidad de consumo por hora, día o semana. Esto implica que el servicio contratado (mesa de trabajo, sala de reuniones, oficina privada) deba reflejar el precio y la disponibilidad y, sobre todo, controlar de forma segura y transparente la duración del uso de dicho servicio. El modelo de precios está cambiando porque la demanda quiere pagar solamente por el uso al servicio consumido.

Coliving, la otra cara de la moneda

Otra tendencia que también ha llegado para quedarse es el coliving. Una solución flexible, pero de alojamiento, que ofrece una experiencia inclusiva viviendo en comunidad, y que incluye todo en una sola factura sin contrato de permanencia.

Una vivienda que combina áreas privadas con áreas comunes y compartidas, y además ofrece una serie de servicios y/o comodidades adicionales –espacio de trabajo, gimnasio, sala de juegos– para la comunidad que alberga.

Una tendencia en auge es la implementación de espacios de coworking en colivings u hoteles, porque conecta al nuevo turista trabajador remoto, al que intentan atraer ciudades como Málaga o Barcelona.

El confinamiento ha aumentado el sentimiento de soledad reforzando la necesidad de pertenecer a una comunidad. La comunidad se ha convertido en elemento clave diferenciador en este tipo de espacios. El coliving seguirá ganando terreno si mantiene una comunidad y se enfoca en abordar la soledad como parte de su estrategia.

Siempre hemos defendido que este tipo de espacios necesitan alma. Generan muchos más ingresos en la empresa porque retienen y fidelizan a los clientes. En coliving, un lugar donde se convive día y noche, el alma del espacio se vuelve lo más relevante.

Vanessa Sans. Experta y consultora en entornos de trabajo colaborativos e innovadores. Especialista en el diseño de coworkings y colivings. Emprendedora y evangelizadora del coworking desde 2012. Fundadora y directora de Happy Working Lab, consultora europea especializada en el desarrollo de coworkings, colivings y espacios de trabajo corporativos.

TEXTO: Vanessa Sans.

ILUSTRACIÓN Raúl Benedito