Aspectos del diseño de un espacio relacionados con la creatividad en el trabajo. Este artículo toma como referencia la experiencia de un ejercicio desarrollado en el ámbito de un máster, impartido por Ricardo Guasch, autor de este trabajo, que habilita profesionalmente para el diseño de entornos laborales, el postgrado en Workspace Design de Elisava.

Lo organizativo y la creatividad
Probablemente, lo ya sabido y asumido por todos. Los modos de trabajo han evolucionado notablemente. La tecnología a disposición, la transmisión del conocimiento, la actualización de la información en tiempo real, la preparación del trabajador, dotan a éste de autonomía en las decisiones y, en consecuencia, de la exigencia de una actitud propositiva.

Oficinas AOL en Palo Alto, proyecto de O+A. Fotografía: Jasper Sanidad, cortesía de O+A.
En respuesta a ello, en términos organizativos, el diseñador puede generar espacios complementarios a los habituales especializados para la producción –workstations- o la reunión formal –board meeting room; conference room-. Son habitualmente espacios intersticiales sin un uso determinado, que facilitan el encuentro informal, donde la creatividad puede aflorar espontáneamente.
Y también será importante dotar al lugar de espacios para la concentración y el aislamiento, donde entregarse con calma a la formalización de una idea, y hallarse plenamente inmerso en una actividad, en estado de flow (Mihaly Csiktszenmihaly, 1990), o bien simplemente perder la noción del tiempo en el reencuentro con la pulsión íntima más personal.
El objetivo es “inducir a la creatividad”. Establecer las condiciones para “que se den hallazgos inesperados, o favorecer la mayor probabilidad de descubrimientos imprevistos positivos que resultan de la colaboración entre personas con intereses diversos, pero con una misma posición proactiva ante la vida” (Françoise Bronner, 2014).
Fuentes de inspiración y de experiencia
Que ello se dé, puede tener que ver con la fortuna del ‘layout’, pero, como diseñadores tal vez podamos aportar algo más. En su alegato sobre la serendipia, el mismo Bronner apunta, junto a los aspectos organizativos lo siguiente: “equipar el espacio con múltiples fuentes de inspiración, de información y de experiencia (objetos, libros, artefactos insólitos…) para favorecer la sagacidad y la abducción” … Fuentes de inspiración y de experiencia pueden ser objetos, pero también pueden relacionarse con el lenguaje formal de los elementos que pueblan el espacio, con su apariencia. (Imagen 1)
Una apariencia no solo visual sino con una componente táctil. La alusión a la tactilidad se hace evidente, y tal vez necesaria dadas las circunstancias. Frente a la incitación permanente a ser disueltos en la red a través de la arquitectura digital, el cometido de un buen diseño interior puede ser el de ofrecer un espacio táctil que active la conciencia del usuario sobre el entorno físico, pero que a la vez no se imponga, “que se haga invisible en el sentido de que sea tan confortable que desparezca y uno no se dé cuenta ni siquiera de que está trabajando” (Primo Orpilla, Studio O+A, 2016). (Imagen 2)
Puesta en acción
Partiendo de estas consideraciones, en las recientes ediciones del postgrado en Diseño del Espacio de Trabajo –Workspace Design-, estamos proponiendo a los estudiantes un ejercicio más o menos experimental que consiste en una aproximación sensible a la materialidad de uno de los elementos que previamente habían desarrollado, en un ensayo proyectual sobre las distintas configuraciones de la oficina (workstations, meeting rooms, appropiation spaces, concentration). Las pautas para la puesta en acción son:

Tiempo lento
Con el objetivo de inducir a la creatividad sin imponerse, se trata de generar estructuras en que el ‘yo creador’ se neutralice para abrirse a los diferentes ‘yoes usuarios’. Y sin embargo el “yo creador” de esas estructuras será exigido como protagonista de una acción prolongada, más bien de tiempo lento, que suponen un ponerse frente al mundo para “verse a sí mismo mirando”. Abrirse al mundo para estar en condiciones de actuar con la mayor sensibilidad frente a la materia. Se pone en juego ahí el bagaje profundo de la experiencia personal, la experiencia despojada que traen los recuerdos seguramente más íntimos, por ejemplo, los recuerdos de infancia, felizmente rescatados.
Hallazgo
El rescate de la materia juega un papel importante. Pues cualquier cosa puede ser un material. Es decir, nos disponemos frente al hallazgo de la materia, una materia inusitada en el ámbito en el que va a ser expuesta.

Alteraciones significantes
Y ese material extraído de su contexto, al ensamblarse y ofrecerse nuevamente a la vibración de la luz, se convierte en sistema arquitectónico portador de significados varios. De tal modo que el objeto final aludirá a la mirada subjetiva. No una sola identidad, sino tantas identidades como personas observan. Habilita al usuario para apropiarse del lugar donde el objeto se ubica, pues lo interpreta a su manera. La creatividad no se impone al usuario, sino que induce a activar la mirada hacia el entorno construido.
Cambio de estado
El cambio de estado de la materia ocurre mediante operaciones sistemáticas de ensamblaje, sustracción o transformación, que llevan a una noción de forma pensada como flujo de energías y fuerzas múltiples. –en la percepción del objeto resultante la luz juega un papel importante, los contrastes de opacidad, transparencia o translucidez; pero también la vibración de lo múltiple y la caligrafía de las juntas que da lugar a ‘belleza no perezosa’ (…) Lo efímero de un no-sé-qué que actúa como un encanto, una captación del instante por el instante (Vladimir Jankélévitch, 1980).

Topología
Lo ideal es neutralizar el gesto, para atender a las características intrínsecas del material o materiales objeto de interés, acometer con un fuerte sentido topológico su manipulación de modo que las propiedades físicas y el código formal que le es intrínseco permanezcan inalterados, o sutilmente alterados conforme a su naturaleza, a través de las transformaciones continuas a que será sometido.
Trabajo
La forma final es el signo del trabajo del cual es consecuencia –mejor aún, es concebida como tal. Estos dispositivos, inevitablemente, expresarán la fuerza del trabajo que los ha hecho posibles. La confianza, la constancia en la ejecución y la precisión, son datos que están en la base de la bondad del resultado. La forma como resultado de un hacer. Pero, a la vez, por la sugestión del trabajo del cual las cosas son el resultado, los signos asociados a ellas se vacían para permitir a la forma aparecer. Y al así hacerlo, el material se expresa por sí mismo, por lo que es o por como nosotros lo vemos, pero no en cuanto signo, es decir, se expresa tal como ocurre bajo una mirada infantil (Martin Steinmann, 2003).

Contemplación
Apropiación de la experiencia. Una vez realizado el proceso de ejecución material, el resultado será sometido a contemplación reposada por parte de su autor, bajo distintas condiciones lumínicas, y capturado fotográficamente. Una síntesis breve de estas fotografías se incluirá en la presentación final. El panel resultante aporta junto a las fotografías un texto con la descripción somera de su contenido material. Esta parte del proceso tiene tanta importancia como todo lo anterior, al entender cuánto el valor del objeto final depende de su capacidad de sugestión, como portador de un trasvase de significados. Por otra parte, no es sino al plasmar los efectos de la experiencia sobre creatividad que nos hacemos, de alguna manera, dueños de ella.

Consideraciones finales sobre creatividad
Aplíquese sobre el proceso del ejercicio explicado anteriormente, pudiéndose hacer extensivo a cualquier acción en que nos veamos envueltos.
Todo acto de creatividad contiene la felicidad
La felicidad que conlleva el ensimismamiento del flow -el entretenerse en la dedicación a un tema, perdiendo la noción del tiempo, y en ello sentir la liberación que supone entrar en la otredad del ser, en este caso ese objeto-. Comporta un proceso de transformación del sujeto que se refleja en el objeto creado. En la búsqueda de la belleza nos liberamos en la otredad del objeto que es causa de nuestro interés. La ilusión no tanto de ser tú mismo, sino de ser otro. (John Banville, Imposturas, 2002)
La espita de la belleza
La observación minuciosa de la materia nos alerta acerca de su delicada composición. Es como si a través del microscopio obtuviésemos un conjunto de pequeñas percepciones que constituyen cada percepción. Son aguijones de la inquietud. “Es un chapoteo, un rumor, una niebla, una polvareda (…) son micro percepciones alucinatorias. Las pequeñas percepciones son tanto el paso de una percepción a otra como las componentes de cada percepción. Constituyen el estado animal o animado por excelencia: la inquietud. Son aguijones pequeños plegados que están tan presentes en el placer como en el dolor (…) aguijones de la inquietud que causa la inestabilidad de cada percepción.” (Gilles Deleuze, 1988)
TEXTO RICARDO GUASCH FOTOS ILUSTRACIÓN ENZO VIGNOLO
RICARDO GUASCH es Arquitecto PhD. Coordinador del área de máster en ELISAVA. Director del postgrado en Diseño del Espacio de Trabajo, director del máster en Diseño de Interiores para Hoteles, Bares y Restaurantes de ELISAVA.
Este ejercicio tomó como base experiencias similares anteriores en los grados de diseño y arquitectura en ELISAVA y ETSAV respectivamente. Es por tanto deudor de todos los estudiantes que aportaron colectivamente su inteligencia y dedicación con anterioridad. La complicidad docente ha tenido como protagonistas durante estos años a los profesores Pep Wennberg, Enzo Vignolo, Txatxo Sabater, Coque Claret y Amadeo Santacana.