Los nuevos tiempos y paradigmas requieren formas de trabajar en las que las personas deciden cómo van a utilizar los espacios. Cristina Moya propone una experiencia de usuario única en las oficinas que se inscriben en el nuevo edificio de logística de Mercadona en Vara de Quart, Valencia.
El desarrollo de la tecnología implica adaptar nuestra forma de vivir, trabajar y consumir. En este caso, se trata de una empresa ya consolidada que acomete el desafío de crear un nuevo modelo de negocio basado en el comercio electrónico. El proyecto de interiorismo consiste en darle forma a las oficinas de este nuevo departamento, dentro de un edificio industrial de nueva planta dedicado a la logística del negocio. El proyecto Mercadona da solución también a una zona exterior prevista para parking de clientes de uso muy rápido.
Para liberar todo el espacio de pilares intermedios, la cubierta se convierte en una malla tridimensional cuyos esfuerzos se transmiten en todas las direcciones. El resultado es un espacio de acogida para vehículos y personas de 15 metros de ancho por 42 de largo y 5 de altura.
Un volumen elevado
Se trata de que la cubierta tenga un gran espesor, dada su dimensión y su emplazamiento junto al bloque industrial de gran tamaño para que no se pierda en la visión del usuario. Por tanto, la cubierta pasa a ser un volumen elevado que busca sus apoyos en los extremos, bajando cubos que funcionan como pilares pantalla y liberando el espacio en el centro. De esta forma, al bajar los pilares en los extremos, éstos envuelven al usuario dentro del espacio recogiéndolo y cerrando ligeramente las visuales con el entorno.
Para construir esa malla tridimensional se genera un gran entramado con barras muy ligeras dispuestas en todos los planos y con tirantes que compensen las compresiones con tracción. Como grandes cerchas colocadas en dos direcciones. Todo debía estar preparado en el taller para que fuera suficiente atornillar la malla en su destino ya que los perfiles metálicos venían galvanizados y lacados para prevenir la oxidación. Había que resolver nudos realmente complejos puesto que algunos unían hasta diecisiete barras. Constructivamente, se diseña en torno a unas cerchas principales previamente montadas. Cuya longitud venía definida por la máxima que cabía en un camión sin tener que recurrir a transporte especial) que salían del propio edificio y posteriormente se unían perpendicularmente en obra.
La cubierta se resuelve con paneles de policarbonato translúcido para bañar de luz el espacio frenando la transmisión de radiación solar. La idea es que la cubierta siga la forma de malla tridimensional a base de cubos. Por tanto, se diseña todo un entramado de canalones que dibujan la retícula principal y recogen el agua en todas las direcciones, buscando donde bajar por lo pilares. Los propios canalones resuelven remates de cumbrera y de perímetro ajustándose a las pendientes en el interior.
Usos secundarios
Las oficinas Mercadona aportan un uso secundario del edificio, dedicado, principalmente, a la logística. Por ello, se trata de que el espacio de las oficinas, totalmente integradas en el edificio industrial, no se perciba desde el exterior. Se decide crear un cubo ciego, sin perforaciones, que lo integre todo. Al mismo tiempo, el cubo genera un contraste notable con la retícula de la cubierta del drive. Se convierte en una caja negra que no refleja lo que pasa en su interior.
Como algunos espacios de trabajo deben recibir luz natural, había que resolver la forma de hacer la caja cerrada pero que, a la vez, dejase pasar luz. Para ello, se opta por una chapa microperforada. El cerramiento de la nave se diseña a base de panel sándwich con unas nervaduras cada 30 cm como las bandejas de chapa microperforada. De día, no se percibe apenas la diferencia entre el panel sándwich y la chapa microperforada que oculta las ventanas en su interior. Solo de noche, con la iluminación artificial, se hacen evidentes esos huecos.
Un entorno difícil
Los autores del proyecto se encuentran con un entorno industrial inhóspito, sin mayor interés. Deciden, en consecuencia, volcar los espacios hacia dentro y crear las vistas y el espacio exterior en el interior del edificio de oficinas, creando un gran patio central. Este patio se convierte en protagonista del proyecto y en el que va a organizar los espacios alrededor de él.
Se trata de proteger las zonas de concentración situándolas en el interior, más tranquilo y silencioso, que está vinculado al proceso logístico. Por el contrario, los espacios de esparcimiento más flexibles se colocan en el límite con el exterior para que funcionen de filtro hacia el entorno de trabajo.
En el interior del cubo, se proponen distintos tipos de espacios, algunos más amplios, otros más recogidos. Los más informales invitan a la inspiración, a la creatividad. Junto a estas áreas, se crean espacios para la concentración, para el trabajo en equipo y el desarrollo de ideas. El proyecto Mercadona trabaja minuciosamente la relación entre ellos.
Marcas comerciales
En la zona de acogida de las oficinas Mercadona se han dispuesto unos pufs Season Mini de Viccarbe. Los sofás son el modelo Let’s Sit, diseño de Gabriel Teixidó, y las sillas de confidente son las Globe de Josep Lluscá. Ambos producidos por Forma 5. Los pavimentos vinílicos de todo el espacio de trabajo de las oficinas Mercadona son de Tarkett. Las mamparas son de Premo y las sillas de trabajo son de Forma 5. Las papeleras Biel son de Made Design, diseño de Ximo Roca.
TEXTO VAN VILALLONGA FOTOGRAFÍA MILENA VILLALBA.