Las mesas de reunión son el elemento primordial y, sea cual sea su configuración, mantendrá una cabecera cuando sea necesario marcar la jerarquía, o devendrá redonda, como en la leyenda artúrica, para resaltar la igualdad de sus miembros. Un detalle, el de su forma, que no es baladí, ya que configura incluso cómo van a discurrir los encuentros profesionales allí dentro.
Además, la calidad de las mesas de reunión, de las butacas y de los equipos técnicos habla con exactitud de la salud e importancia de la compañía. Es un mensaje en forma de espacio sobre lo que se puede esperar de la empresa y también de sus cuadros (véanse, por favor, las salas de reuniones que aparecen en nuestra revista, tan distintas y, sin embargo, tan iguales).








