Estudios de salud realizados recientemente en Universidades de EEUU desvelan que las personas adultas pasan entre un 50 y un 70 por ciento de su tiempo en posición de sentado, lo que aumenta el porcentaje de riesgo de padecer diabetes o enfermedades coronarias. Obviamente la mayor parte de ese tiempo pertenece a las horas laborales, de forma especial en el sector terciario donde las nuevas tecnologías conllevan ciertas inercias posturales. Las mesas regulables en altura vienen a paliar este problema.
Las empresas conscientes de la necesidad de apoyar la salud de sus trabajadores para conseguir un mayor grado de compromiso y satisfacción entre ellos, proponen soluciones alternativas a la clásica sentada. La salud se ha convertido en la nueva frontera a conquistar en los entornos de trabajo.
Contra el sedentarismo
La primera herramienta para luchar contra este sedentarismo forzado, la más sencilla y, a la vez, más revolucionaria, es la mesa regulable en altura. Una tipología de mesas que muchos fabricantes añaden a su catálogo y que permite trabajar de pie o sentado con un simple movimiento. De forma que durante la jornada laboral la persona puede permanecer de pie el tiempo que necesite sin perder concentración, o incluso celebrar reuniones. La opción es contagiosa y anima a otros empleados a imitarla por los beneficios que supone el simple hecho de cambiar de posición con un gesto o, incluso, con un comando a distancia.
Las mesas de altura regulable son unos muebles de oficina que han estado en la mente de los ergónomos durante muchos años. Varios fabricantes (fundamentalmente de los países escandinavos) desarrollaron hace bastante tiempo productos comerciales, aunque a precios elevados que limitaban la introducción en el mercado. El tradicional elevado coste de los motores y los sistemas de control ha podido frenar la introducción de esta funcionalidad en el mercado.
Nueva mentalidad
Esto se entiende mejor si se considera que tradicionalmente sólo se consideraba una postura (la sentada convencional) y la movilidad se atribuía a la silla. La inversión en una mesa motorizada que se ajusta una sola vez (o, a lo sumo, cuando cambia el usuario) no parece demasiado rentable. Esta situación ha cambiado radicalmente gracias a dos factores:
- Con el desarrollo de la competencia global en los sectores de la construcción mecánica, eléctrica y electrónica.
- Ha cambiado el paradigma sobre las posturas en las que se recomienda realizar el trabajo de oficina. Hay una tendencia creciente a proponer que se cambie frecuentemente de postura (trabajar de pie, sentado, arrodillado o semisentado) como medio para permitir que las estructuras del cuerpo se recuperen, en particular los tejidos blandos de la zona lumbar y del cuello.
Accionamientos eléctricos
Las mesas de altura regulable mediante motores eléctricos cómodamente controlados con mandos electrónicos y que se pueden adquirir a precios razonables son una herramienta ergonómica poderosa dentro de un puesto de trabajo de oficina en el que se integran los principios de la Ergonomía activa.
Algunos expertos añaden que aún se puede mejorar la opción de las mesas regulables en altura añadiendo bajo ellas una walkstation para trabajar mientras se camina. De hecho, algunas grandes corporaciones ofrecen espacios específicos para el ejercicio físico en sus sedes. La obesidad ya no es una opción en el puesto de trabajo.