La opresiva oficina paisaje en que se desenvuelven los estrambóticos personajes de la película Office space es el escenario de una época en que el bienestar de las personas era algo que pertenecía al ámbito doméstico. Las situaciones cómicas parecen producto de la exageración, pero, en realidad, son documentos del pasado reciente.
Office Space, estrenada en España en 1999 con el título ‘Trabajo basura’, es una película cómica de Estados Unidos escrita y dirigida por Mike Judge (el cerebro de los descerebrados Beavis y Butt Head). Es una sátira sobre el trabajo rutinario en una compañía de software a finales de los años noventa, enfocada en un puñado de individuos que están hartos de su trabajo y, especialmente, de su despótico jefe. Aunque está centrada en una oficina de tecnología de la información, se puede extrapolar la crítica a trabajadores de oficina y empleados en general.
La deshumanización de las empresas
La deshumanización de las empresas a finales del siglo XX es el tema central de la historia que presenta, entre otros personajes disfuncionales, a un tipo que han despedido, no se ha enterado y sigue cobrando su nómina por culpa de un fallo de organización. El protagonista, dispuesto a que lo despidan, comete todo tipo de infracciones laborales que son percibidas por sus jefes como síntomas de iniciativa profesional y recibe un reconocimiento. Entre las iniciativas destinadas a aliviar la presión en el trabajo, el personaje decide derribar un murete que le priva de las vistas a la ciudad. Primera transgresión que evidencia un mal diseño centrado en la productividad y no en las personas.
La oficina interminable
Una serie de gags divertidos recorren la historia hasta que, al final, la sede de la compañía Initech arde literalmente y los personajes deben replantear su futuro mirando hacia el sol que se pone en el horizonte.
Los decorados que representan las oficinas de Initech tienen evidentes puntos en común con la oficina interminable donde trabajaba el Jack Lemmon de El Apartamento (Billy Wilder, 1960). Es un espacio deshumanizado donde los trabajadores son considerados poco más que los ordenadores primitivos que alberga la firma junto a cajas y montañas de papel. En esta versión de oficina siniestra, cada trabajador ocupa un cubículo de color gris que acentúa aún más su aislamiento. Se trata de una versión monótona y fría de la clásica oficina paisaje que imperó durante aquellos años en la que solo cuando estás de pie puedes vislumbrar la magnitud del horror. El open space al servicio de la productividad sin escrúpulos.
Un sudor frío nos recorre la espalda al ver esta película
Los fluorescentes, los muebles impersonales de color gris, las cajas de archivadores, las bandejas metálicas, las mesas atestadas de papeles, las fotocopiadoras que se atascan y una moqueta que intuimos mal mantenida son los instrumentos de tortura con que la empresa trata a sus trabajadores. No hay piedad.
Si en la serie La Oficina (Steve Carrel, 2005) se cuestionaban las estrategias de acercamiento personal de un gerente tronado, pero con visión de equipo, aquí todavía no hemos traspasado la frontera de la alienación colectiva. Y el diseño, por supuesto, ni está ni se le espera.
Desde la agradable perspectiva en que nos movemos en esta época, conscientes de que el bienestar de las personas es la clave del nuevo management, una gota de sudor frío nos recorre la espalda al ver esta cinta. Las cosas no siempre fueron así.
Ficha técnica
- Office space
- Director: Mike Judge
- Año: 1999
- País: Estados Unidos
- Productora: 20th Century Studios
- Texto Marcel Benedito
- Fotografía Cortesía 20th Century Fox