El escenario de una gran corporación como Google anima a los dos simpáticos carrozas que pretenden trabajar allí a entenderse con los jóvenes millennials. El efecto Google en las empresas que quieren ser contemporáneas sirve de decorado a esta historia de superación generacional y personal. Así es Los Becarios.

The internship los becarios

Dos maduritos que pierden el trabajo deciden presentarse a un programa de selección de personal de la empresa Google que les obliga a permanecer en un campus de la compañía durante un verano y a enfrentarse a la dura y desconocida realidad de una tecnología juvenil que les viene muy ancha. Las peripecias de los cuarentones demuestran que se han quedado desfasados respecto a una forma de entender el trabajo, completamente nueva. Al final, como siempre, triunfa la simpática intuición de los cuarentones por encima de la limitada inteligencia emocional de los imberbes millennials.

¿Quién hay detrás?

Este es el argumento, muy sintetizado, de Los becarios (The Internship, 2013), una intrascendente peliculita escrita y protagonizada por la pareja Wilson y Vaughn que nos llama la atención por dos detalles aparentemente sin importancia: Google está detrás de la cinta solapadamente y los escenarios reproducen todos los tics de los entornos de trabajo tocados por el efecto Silicon Valley.

The internship los becarios

La cinta es un documento divertido y valioso sobre cómo representamos y asumimos el nuevo espacio de trabajo de los dinosaurios tecnológicos que viven en el ecosistema Internet. El tema no es anecdótico porque es bien sabido que estos entornos pintureros y alejados de convencionalismos están influyendo poderosamente en la configuración mental de las oficinas en todo el planeta.

El efecto Silicon Valley

No hay empresa moderna que se precie que no tenga un futbolín en su zona de acogida. No tanto para jugar como para anunciar a los que entran allí que se encuentran en un lugar que comparte valores con las mejores corporaciones. Y además están llenas de talentos con pantalones cortos. Los más buscados.

La película reúne en sus impagables escenarios los tópicos más recurrentes de las empresas colaborativas afectadas de “modernitis” que quieren guiñar un ojo a los jovencitos talentosos: el campus de Google en Mountain View, California, se muestra como un lugar idílico donde los empleados se desahogan jugando voleibol (verdadero), montando bicicletas (verdadero) y disfrutando de deliciosa comida gratis (también es cierto). Los productos de Google aparecen con frecuencia y favorablemente a lo largo de la película, el cofundador Sergey Brin hace un breve cameo, y la compañía aparece empeñada en desarrollar ideas para conseguir un mundo mejor. Más que “product emplacement”, lo que inaugura Google con esta cinta es una bacanal de marketing, a pesar de que aseguraban no tener el control total de la historia.

The internship los becarios

Interiorismo hipster

El diseño de producción acumula recursos de interiorismo hípster: pufes de colores tirados por el suelo, super escaleras tipo atrio de reuniones, despachos desordenados repletos de mobiliario de color, gente trabajando en el césped, aulas activas, gafas de pasta… Un entorno inesperado para quienes han trabajado siempre en espacios convencionales, como los protagonistas que, sin embargo, no sólo les hace sentir cómodos, sino que les sirve para encajar físicamente en los nuevos formatos. El decorado informal e idealizado es lo que liga la historia. El de los cuarentones de despachito austero y discoteca con luces y el de los millennials de oficina con luces y apartamentito austero. El diseño del entorno como puente para articular dos generaciones.

CÓMO SER UN GOOGLER

La mayor parte de The Internship no se filmó en Google, sino en el campus del Instituto de Tecnología de Georgia, donde el equipo de filmación convirtió a una escuela de estudiantes en una réplica de la sede de Google en California. La compañía del buscador permitió que el reparto y el equipo de la película rodaran durante cinco días en la sede de Googleplex, con cien empleados reales como extras. También proporcionó accesorios y asesoró al director, los actores y los guionistas sobre qué significa ser un Googler (un empleado de la firma).

TEXTO: MARCEL BENEDITO.
FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA 20 CENTURY FOX