La necesidad de romper los mensajes codificados del ejército nazi impulsó de forma imprevista el nacimiento de la informática de la mano de Alan Turing. Las grandes computadoras pronto se mostraron dispuestas a colaborar con las empresas e impusieron su presencia apabullante en las oficinas hasta que aparecieron los ordenadores personales.  Una historia apasionante que no duró más allá de tres décadas.

 

Entrañables dinosaurios de la computación

En la década de los 80 la penetración de IBM en el mundo del trabajo aportó un sinfín de grandes mamotretos de la computación que precisaban de una habitación propia para albergarlos y, a menudo, un sistema de aire acondicionado para su correcto funcionamiento del que no siempre disfrutaban los trabajadores de la compañía avanzada a su tiempo.

Los discos duros tenían el aspecto del disco de oro de una estrella del rock y la capacidad de trabajo apenas superaba la de una pequeña calculadora. Los contables aceptaban a regañadientes la inclusión de esas máquinas diabólicas pero, por si las moscas, continuaban asentando sus números en las fiables libretas de papel pautado de toda la vida.

computación ibm system 360 mainframe computer

El popular ordenador IBM 360 se impuso durante varios años como la computadora de las grandes compañías.

 

La historia de la informática es tan vertiginosa que no puede medirse por generaciones ya que se ha pasado de los albores a la madurez en poco más de cincuenta años. La evolución de estos equipos, desde los entrañables monstruos repletos de válvulas y transistores a los actuales laptops, dura el equivalente a un suspiro en la historia de las civilizaciones. La gente joven conserva videoconsolas de su infancia como un tesoro pretecnológico que forma parte de su añorada adolescencia.

No existe un consenso claro entre los historiadores sobre cuáles fueron los primeros equipos informáticos. Inevitablemente surgen imágenes de máquinas monstruosas como el Eniac y el Colossus. El Eniac pesaba más de 30 toneladas. Para trabajar con él, los operarios tenían que manipular 6.000 interruptores manuales. En 1946 era un gigante con menos capacidad que la más pobre de las calculadoras actuales. Fue entonces cuando John von Neumann planteó que todas esas pesadas operaciones manuales se podrían evitar si se almacenaban las instrucciones en una memoria. El ordenador moderno nació cuando se logra poner en práctica esa teoría.

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La Univac (1951) era una computadora que pesaba 7.250 kg, estaba compuesta por 5000 tubos de vacío, y podía ejecutar unos 1000 cálculos por segundo. Fue la primera computadora diseñada para uso en administración y negocios y competía directamente con las máquinas de tarjeta perforada de IBM

 

En esta historia repleta de máquinas como armarios y visionarios audaces que no se atrevían a soñar lo que ha llegado a ser la informática, aparecen muchos nombres propios pero resulta difícil personalizar los grandes avances. La figura de Alain Turing se impone en esta narración, ya que se le considera uno de los padres de la ciencia de la computación y precursor de la informática moderna. Proporcionó una influyente formalización de los conceptos de algoritmo y computación: la máquina de Turing.

Durante la segunda guerra mundial, consiguió descifrar los complejos códigos nazis, particularmente los de la máquina Enigma, y durante un tiempo fue el director de la sección Naval Enigma de Bletchley Park. Muchos historiadores consideran que su trabajo acortó la duración de esa guerra entre dos y cuatro años. La película de 2014 “The imitation game” protagonizada por Benedict Cumberbacht (ver imagen superior) narraba las vicisitudes de su equipo en este periodo.

Tras la guerra, diseñó uno de los primeros computadores electrónicos programables digitales en el Laboratorio Nacional de Física del Reino Unido y, poco tiempo después, construyó otra de las primeras máquinas en la Universidad de Mánchester. Lamentablemente, Turing fue procesado por homosexualidad en 1952 y murió al cabo de dos años.

El camino de la moderna informática ya estaba abierto. El primer circuito integrado se inventó en 1959 y permitió incrementar la capacidad de las máquinas reduciendo su volumen. IBM aprovechó su ventaja inicial en las grandes máquinas de cálculo y comenzó la fabricación en serie de su famosa serie 360, destinada a la administración y a las grandes empresas, que pagaban verdaderas fortunas por poseerlo. El IBM 360 fue uno de los primeros ordenadores comerciales que usó circuitos integrados, y podía realizar análisis numéricos además de favorecer la administración o procesamiento de archivos.

IBM creció de forma extraordinaria en los años sesenta con la fabricación e instalación de sus equipos pensados para grandes corporaciones. Pero no supo intuir el potencial mercado de pequeños ordenadores personales y del software. Apple, Microsoft e Intel estaban ahí y entendieron la relevancia que podían adquirir estos equipos aplicados al uso doméstico. Con la llegada de los microprocesadores con chips de silicio y la popularización de los ordenadores personales, los viejos dinosaurios electrónicos se extinguieron y pasaron directamente a los Museos.

TEXTO MARCEL BENEDITO  
FOTOS COMPUTER HISTORY MUSEUM, BLACK BEAR PICTURES.