¿Cómo establecer un puente de credibilidad entre la vida cotidiana y una aventura inverosímil? En el interior de una oficina con techos bajos, tan bajos que la opresión del trabajo adquiere materialidad.
Craig Schwartz es un joven que necesita trabajo desesperadamente. Lee un anuncio en la prensa que demanda un “archivero de baja estatura” para una empresa ubicada en un edificio de oficinas de la Gran Manzana. Aunque no cumple con el requisito, llega a la entrevista y descubre que el despacho donde le han citado está en el piso 7 y medio. En el ascensor, una mujer utiliza una palanca para abrir las puertas entre los pisos 7 y 8 con toda normalidad. Los trabajadores de esa planta caminan encorvados por los pasillos, aceptndo la situación sin quejarse.
El primer largometraje de Spike Jonze
Craig le pregunta a su empleador, el Dr. Lester, sobre la altura de los techos y este le explica que la media planta fue construida expresamente por un emprendedor del siglo XIX para satisfacer a su mujer de corta estatura. Ahora supone un ahorro de costes en la carísima ciudad.
En “Cómo ser John Malkovich” (1999), el primer largometraje de Spike Jonze, el estilo es decisivo. Los pasillos expresionistas simbolizan la angustia que experimenta el trabajador de clase media. La realidad social del empleado se materializa colocándolo físicamente en un espacio intersticial claustrofóbico.
En un mundo absurdo, un medio piso parece creíble
Constantemente encorvado, el personaje principal (John Cusack) encuentra una salida improbable: un pasillo oculto que conduce a la mente de otra persona; casualmente, a la del actor que da título a la película.
La peripecia argumental que permite entrar y salir en las mentes ajenas es tan fantástica que la experiencia física de los techos bajos acaba resultando verosímil. El medio piso es una argucia formal para introducirnos en un mundo donde todo es posible y, por el camino, el esquema de empresa tradicional se lleva una clásica bofetada.
LA OFICINA DE LOS 7 ENANOS
El edificio Mertin Flemmer, donde transcurre la película Cómo ser John Malkovich, es ficticio. Las escenas interiores se rodaron en decorados construidos con pasillos y despachos de poco más de 1,5 m de altura. Algunas transcurren en un edificio de oficinas real con los techos bajados. Es interesante descubrir que las puertas, las manillas, las papeleras y el resto de los objetos están escalados al tamaño apropiado del piso. K.K. Barret, diseñador de producción de la película, aportó su talento para crear una atmósfera insoportable que pareciera creíble.
- Texto: Marcel Benedito
- Fotografías cortesía de Universal Pictures.