El proyecto de las oficinas Oniria en Pamplona se configura como una constelación de cuerpos orgánicos que, mediante su posición y formas, generan los distintos espacios. El estudio MLMR ha convertido las limitaciones de un apartamento urbano tortuoso en argumento estético.
Se trata de un centro de trabajo para una consultoría de empresas que buscaba renovar su ámbito de trabajo mediante una imagen novedosa y, al mismo tiempo, elegante y serena. Además, dada su labor profesional, requerían numerosos espacios diferenciados e independientes.
Un inconveniente de partida importante para MLMR fue el propio continente del espacio: se ubica en un clásico edificio del segundo ensanche pamplonés y, en consecuencia, su geometría perimetral es muy compleja. Aparecen, además, grandes pilares y vigas de hormigón en diversos puntos, como retazos permanentes de la antigua preexistencia.
El único modo de organizar los distintos espacios del programa en un continente cuyo perímetro es tan quebrado, y cuyo interior cuenta con fragmentos de la estructura del edificio, era recurriendo a formas orgánicas. Formas que, por otro lado, encajaban muy bien con la identidad joven y dinámica de la empresa.
Alvar Aalto como inspiración
El estudio MLMR emplea como referencias los proyectos de Alvar Aalto y las obras plásticas de Jean Arp, se crean unas geometrías y cuerpos que, flotando en el espacio, producen distintos ámbitos. Algunas dependencias, las más privadas, se establecen en el interior de tales cuerpos; y otras, las más públicas, se emplazan en los espacios abiertos que quedan entre ellos. Así, el ámbito de trabajo de los miembros de Oniria es un espacio abierto y colaborativo, mientras que las distintas salas de entrevistas y despachos se entienden como espacios más privados y pequeños. Todos ellos, siempre, con un ambiente interior muy cuidado.
La curva es un mecanismo geométrico que permite configurar y dar forma a los distintos puntos del programa de necesidades en un espacio con una geometría preexistente muy compleja. Pero, al mismo tiempo, aporta suavidad, sensualidad y cierto dinamismo al entorno, que lo hacen muy característico. Genera un ambiente onírico, en consonancia con el nombre y espíritu de la empresa.
Los materiales buscan potenciar la sinuosidad y suavidad de las formas: se recurre a la madera, a elementos textiles, a superficies tersas y blancas para los cuerpos curvos; y a morteros de arcilla, de marcado aspecto terroso, para el perímetro exterior.
Arcilla y madera
El mobiliario y la sobria decoración interior persiguen idénticas intenciones: sus colores –verdes, cremas, grises, azules suaves– complementan la sensación terrosa del mortero de arcilla de la fachada o la sensación de calidez de la madera; y sus formas sinuosas –las sillas y sillones de los Eames, la mesa Gueridon de Prouvé o las sillas Belleville de los Bouroullec– dialogan perfectamente con las curvas y concavidades del espacio. Aparecen, además, puntos singulares como si fueran pequeñas notas de sorpresa en el interior: el mostrador colgante, ejecutado con acero inoxidable rallado, o una puerta pivotante de tramex lacado al color del mortero de arcilla.
En definitiva, este workspace de MLMR es un espacio de trabajo, y de vida, donde formas, materiales, colores, y mobiliario buscan generar un ambiente muy particular y novedoso; idóneo, para Oniria Consulting.
Mobiliario y complementos
Algunas mesas y la sillería son de Vitra: la mesa Tyde del despacho principal; la mesa Gueridon de Jean Prouvé en la zona de descanso; las sillas ID chair de trabajo, las sillas Belleville, las sillas All plastic y las clásicas Dax y Dar chair de los Eames. Los armarios y aparador son de Cinquanta3. La cortina y el riel curvo son de Silent Gliss. Todos estos elementos están distribuidos por Sagaseta Muebles
Las mesas de trabajo con forma poligonal se han realizado con la colección Cell de Dynamobel. El revestimiento de las paredes coincide con el de la fachada: mortero de arcilla, de aspecto muy terroso, de la firma Ecoclay. El pavimento se ha revestido con Bolon. La madera del cuerpo curvo central es madera de roble instalada por la carpintería Barberena. El mostrador central está realizado en acero inoxidable rallado.
Los materiales buscan potenciar la sinuosidad y suavidad de las formas: se recurre a la madera, a elementos textiles o a superficies tersas y blancas para los cuerpos curvos; y a morteros de arcilla, de marcado aspecto terroso, para el perímetro exterior. El resultado es un espacio de trabajo singular y muy contemporáneo, en cierto modo onírico, que aporta siempre una sensación de serenidad a los trabajadores.
FOTOGRAFÍA PABLO GARCÍA ESPARZA
TEXTO ALEX CIENFUEGOS
