Proyecto de reforma de antiguo almacén de tejidos para uso oficinas en l’Eixample. SeQura es una fintech creada en Barcelona en 2013, que nació como start-up y actualmente se encuentra en fase de scale-up. El encargo de SeQura a Mercè Font vino marcado por la necesidad de crecimiento de la compañía. Su ampliación respondía al aumento de personal y de proyección de marca.

Se buscaba un espacio donde el centro fueran las personas que van a darle uso y que a su vez proyecta una imagen fresca y diferente dentro del sector de las finanzas y que fuera respetuoso con el entorno donde se ubica.
Desarrollo
Para responder a todas las necesidades, se partió de la idea conceptual de pensar en el espacio como un museo, donde la obra más importante fuesen los usuarios, los espacios tuviesen una gran riqueza visual y se pudiese seguir disfrutando de la historia del edifico modernista de 1925, emplazamiento del proyecto.
La superficie de actuación es de 2.500 m2 y la capacidad permitida es de 300 usuarios.
La entrada noble
La entrada noble donde se recibían a los antiguos clientes se ha respetado por completo. En ella se pueden ver particiones, puerta giratoria y mostrador de madera de roble originales, con suelo de madera original. Esta estancia, a pesar de ser muy espectacular, costaba adaptarla al resto de oficina, por lo que se optó por iluminación y mobiliario contemporáneos para conseguir su integración con el resto.

En la sala principal se encuentra la figura central donde se ubican los primeros equipos de trabajo. Este volumen se realizó con vidrieras diseñadas una a una, con acero corten, cristales verdes y texturizados simulando las cristaleras modernistas. Todo el mobiliario e iluminación de trabajo es de color blanco para que se mimetice con las paredes blancas.
Mobiliario e iluminación atemporal
Existen varios rincones para reuniones donde se ha utilizado mobiliario e iluminación atemporal para su integración en un espacio donde el envolvente tiene mucha personalidad.

En el centro de la sala se ubica una jardinera de tres por tres metros justo debajo de la claraboya. En ella se plantó vegetación de gran altura para conseguir la conexión visual con la planta superior. Como elementos decorativos, se recuperaron parte de las paredes originales y se les dio carácter de pieza museística a máquinas de trabajo originales. En la entrada de la sala principal, una pieza del artista local Txemy.
La planta -1 es un sótano donde originalmente se almacenaban tejidos. El reto era convertir un espacio húmedo, oscuro y frío en un lugar donde quien lo usara se sintiera envuelto por una atmósfera cálida. La solución de Mercè Font fue utilizar mucha vegetación. El patio se ha convertido en una acogedora zona de exterior que entra hacia la parte interior gracias a las celosías llenas de plantas colgantes que cuelgan del techo.

Salas de reuniones y auditorios
En la misma zona se ubica la barra de bar y zona de cafetería pensada para reuniones informales o eventos de la compañía. El mobiliario está formado a base de mesas y sillas que se pueden mover según el uso que se le dé al espacio.
Conforme se avanza hacia el interior de la sala se ubican de nuevo zonas de trabajo con el mismo formato de la planta superior. En la parte final de la planta se encuentran las salas de reuniones y auditorios. La planta entresuelo es la primera que entró en uso, y está compuesta por mesas de madera reciclada trabajadas artesanalmente rememorando la época industrial en que fue construido el edificio. Se ubica el comedor de las tres plantas y la terraza principal de la oficina de 350 m2.

La iluminación como elemento clave
La iluminación ha tenido un papel fundamental en este proyecto. El espacio se ha visto completamente transformado gracias a la combinación de diferentes luminarias de la firma Faro, luces con tonalidades adaptadas a cada punto concreto. Esto se ha conseguido gracias a una buena planificación de los diferentes tipos de iluminación que requería cada espacio en función de las tareas que se iban a realizar en cada uno de ellos.
En las zonas comunes, Mercè Font opta por una iluminación cálida para favorecer un ambiente relajado. Además, parte de la iluminación ha sido aprovechada para integrarse dentro de la decoración como un elemento escultórico que viste el espacio a la vez que ilumina. La interiorista ha trabajado con equipos de Faro Barcelona y Biosca & Botey.

Zonas de trabajo
En zonas de trabajo se ha utilizado una iluminación directa para conseguir un confort lumínico utilizando luminarias con paneles fonoabsorbentes. En las mesas de trabajo encontramos luminarias de suspensión que promueven la concentración y evitan la fatiga visual o el deslumbramiento, como MUTE que absorbe la reverberación del sonido gracias a su cuerpo de PET reciclado y garantiza el confort visual debido a su difusor de cristal que suaviza la luz.
Como iluminación general, además, se han utilizado luminarias colgantes en toda la oficina que de alguna manera actúan también como elementos estéticos.


Los principales agentes de la iluminación por sensor son los apliques Stan de Faro Barcelona, que iluminan las paredes de ladrillo y resaltan su estética gracias a su ángulo cerrado de 10º. Este mismo modelo con doble salida de luz se ha ubicado en las zonas de paso, entre las plantas, para facilitar el tránsito entre las diferentes zonas del edificio.
Ficha técnica
- Realización: Mercè Font, interiorista
- Arquitecto: Oscar Cárdenas
- Constructora: Metro 2 Group Bcn
- Superficie: 2500m2
- Proyecto de Iluminación: Faro Barcelona y Biosca Botey.
- Mobiliario: Mobiliario a medida de Palettos Furnature, Kave Home, Maison Du Monde, Zuiver y House Doctor.
- Fotografías: María Huerga.