La sede de la agencia de publicidad Barrows, en el Soho neoyorkino, se transforma en un espacio que evoca la selva sudafricana en homenaje a las raíces de la empresa. Ghislaine Viñas realiza un ejercicio de funcionalismo aplicado al planear un espacio apto para el universo creativo de la agencia.

Ghislaine Viñas Barrows

La inspiración de este proyecto de interiorismo de Ghislaine Viñas para Barrows, una empresa internacional de publicidad con sede en Manhattan, cruza el Atlántico para conectar dos continentes: África y América. El estudio ha aprovechado las paredes negras de un rascacielos de estilo ‘art déco’ ubicado en el distrito de Soho para alojar las oficinas neoyorquinas de Barrows, una agencia de publicidad de Sudáfrica en proceso de expansión en los Estados Unidos.

Ghislaine Viñas Barrows

Teniendo en cuenta el origen de Ghislaine Viñas, crecida en la ciudad sudafricana de Durban,  el proyecto ofrecía la oportunidad de explorar un entorno de trabajo contemporáneo y vanguardista, incluyendo referencias culturales y emotivas.

Ghislaine Viñas Barrows

Las oficinas se inspiran en el paisaje exuberante de la selva con referencias por doquier al verde y a la vegetación sudafricana como referente directo de la naturaleza que envuelve el paisaje de origen de la agencia. Los colores vivos y en determinadas tonalidades verdes y azules con toques de amarillo se convierten en la paleta cromática de los diferentes espacios que se alejan así de la oficina convencional para convertirse en zonas de comunicación e interrelación.

Ghislaine Viñas Barrows

El local ocupa alrededor de doscientos quince metros cuadrados y presenta un amplio vestíbulo ubicado en la salida del ascensor que se divide en un espacio de trabajo y una recepción con una cabina para llamadas privadas, asientos empotrados y mesas auxiliares, una instalación de cuerdas colgantes y una gama de colores vivos. En este espacio la gente de la agencia encuentra rincones de aislamiento e intimidad donde poder trabajar de forma privada, apartada del bullicio habitual en una agencia de publicidad.

Ghislaine Viñas Barrows

Un lobby central, comunicado con la entreplanta a través de una espaciosa escalera, se convierte en el corazón de las oficinas. Desde éste, se accede a las salas de reuniones, los puestos de trabajo, la cocina y la cafetería. También aquí Ghislaine Viñas ha equipado el espacio pensando en algo más que el backoffice para un break de diez minutos.

Ghislaine Viñas Barrows

Existen zonas de sofás, por ejemplo, donde resulta agradable realizar un meeting improvisado con un cliente mientras se discuten los pormenores de una campaña. Los muebles seleccionados entran en este juego aportando un nivel de comodidad apropiado al entorno doméstico, sin dejar de identificarse con la austeridad necesaria en un espacio de trabajo.

Ghislaine Viñas Barrows

La llamativa selección de colores de Ghislaine Viñas va desde el azul acuático al verde intenso del follaje con detalles y señalización negros, como la cuerda que recorre la entrada, el lobby central y la sala de reuniones donde termina en seis carcasas de calabaza pintadas de negro y suspendidas desde el techo. La gama de colores queda reflejada en el mobiliario que une el cielo y la tierra, el asfalto y la jungla africana combinados para ofrecer inspiración y creatividad en el dinámico sector de la publicidad.

Para este espacio creativo, la firma Ghislaine Viñas ha confiado en los muebles de Viccarbe que aparecen profusamente en todos los rincones del proyecto.

FOTOGRAFÍA GARRETT ROWLAND
TEXTO  MARCO BRIONI