“El sol no sabía lo grandioso que era hasta que golpeó el costado de un edificio”. Esta frase poética del teórico norteamericano Louis Kahn sirve a los responsables del estudio paraguayo Equipo de Arquitectura para introducir las reflexiones que subyacen a este singular proyecto ubicado en Asunción. También nos ofrecen una fórmula que explica el concepto. Sueños + Necesidades + Recursos disponibles = Proyecto.
Resolviendo la ecuación básica de materializar los anhelos mediante un presupuesto acotado, iniciamos el proceso de construcción de una oficina de arquitectura. El ejercicio arranca con el proceso experimental de aprovechamiento y transformación de materiales disponibles y recuperados, como son la tierra, vidrios reciclados y madera de encofrado. Todo ello se utiliza para configurarlos entre dos árboles existentes: el chivato, que queda fuera pero enmarcado, y el guavirá que se ubica en medio del espacio para hacernos compañía.
Muros tapiales
Los muros tapiales de suelo cemento de 0.30 aguantan el peso de la losa, que descansa sobre 20 cm del muro, sin ningún anclaje ni amarre, aprovechando las cualidades estructurales del material. Los 10 cm restantes quedan por fuera, para esconder la losa, delimitando el exterior solamente con los muros. Todos los muebles y las puertas han sido realizados con las placas fenólicas que se utilizaron en el encofrado de la losa. La biblioteca se desprende de los muros para que la luz continúe su trayectoria, suspendiendo a los libros y los cuadros, tesoros preciados en la oficina.
Si la luz construye el tiempo y la gravedad construye el espacio, la atmósfera de la Caja de Tierra, proyectada por Equipo de Arquitectura, se construye mediante el sonido del jazz, el olor a incienso y el sabor a café recién molido.
Planteamiento sencillo
El pequeño espacio de trabajo disfruta de una superficie construida de 45 m2. La planta muestra la sencillez del planteamiento con una pared que se cierra sobre sí misma para el aseo y un patio interior que integra el gran árbol guavirá protegido por paredes de cristal totalmente practicables. Una mesa de trabajo de ocho plazas, una librería suspendida frente a ella y una pequeña zona de office es todo lo que necesita el estudio para trabajar.
La pared tapial se hace con tierra amasada, mediante una antigua técnica que consiste en construir muros con tierra arcillosa húmeda, compactada a golpes mediante un pisón, empleando para conformarla un encofrado de madera. En el proceso se van colocando dos planchas de madera paralelas, entre las que se vierte tierra y se compacta a golpes con un pisón. Posteriormente se mueve el encofrado a otra posición contigua para seguir con el muro.
Barro secado al sol
El barro compactado se seca al sol y una vez que el tapial queda levantado las puertas y ventanas se abren a cincel. Las construcciones realizadas con pared tapial presentan propiedades bioclimáticas ya que disfrutan del efecto botijo o vasija de barro manteniendo una temperatura relativamente estable en su interior durante todo el año, tanto en verano, con calor extremo, como en invierno, con frío intenso.
Ficha técnica
Arquitectos: Horacio Cherniavsky, Viviana Pozzoli, Equipo de Arquitectura.
Asesor de tierra compactada: Yago García-Enríque
Construcción de tierra compactada: Nelson Pérez, Rodney, Casildo, Raúl y Diego.
Herrería: Javier Jiménez
Carpintería: Marcial Careaga
Vidrios: Carlos Melgarejo
Hormigón Armado: Gerardo Pérez
Jardinería: Lucila Garay
Electricidad: Guillermo López
Cálculo Estructural: Emilio Richer
TEXTO HORACIO CHERNIAVSKY, VIVIANA POZZOLI. FOTOGRAFÍA: LEONARDO MENDEZ, FEDERICO CAIROLI, LAURO ROCHA