Fruto de la colaboración entre los arquitectos Inés Sørensen y Federico Turull, en 1988 surge TurullSørensen Arquitectos, que actualmente cuenta con dos oficinas en la ciudad de Barcelona. Con más de 30 años de experiencia en el campo de la arquitectura y el interiorismo, diseñan y crean cada proyecto de forma individual y minuciosa, desarrollando nuevos conceptos de espacios comerciales, oficinas, hostelería y residenciales.
Federico Turull ¿Cuáles son las prioridades de este proyecto?
El edificio está planteado como un Hub tecnológico multiempresarial de Investigación, Desarrollo y Producción (I+D+P). El objetivo es potenciar la industria de alta tecnología europea y su capacidad de interaccionar y facilitar la producción de prototipos o series en este mismo centro. Se conoce como ‘la fábrica del futuro’ porque su misión es producir. En la actualidad y cada vez más, será muy importante la interacción hombre/maquina. La prioridad del proyecto es crear una plataforma que facilite todo esto.
¿Cuál era el programa?
El diseño contemporáneo debe atender las necesidades que se plantean y admitir las que se plantearán. En este caso, es difícil acertar el programa, ya que sabemos que es evolutivo y cambiante. Planteamos un gran edificio que lo envuelve todo, relleno de otros ‘edificios’ que cualifican cada zona. Buscamos flexibilidad y adaptabilidad, garantizamos calidad espacial, iluminación, protección climática, equipamiento y sostenibilidad.
¿La tipología de fábrica convencional ayuda a conciliar personas y tecnología?
Para diseñar el edificio nos inspiramos en las grandes fábricas tradicionales que permitían mil trabajos distintos en un único espacio, pero añadiendo áreas que completen las necesidades individuales. La voluntad es crear un gran espacio central donde colocar a los protagonistas (esa relación hombres/máquinas) y rodearlo de espacios privativos de cada empresa. Será una ‘comunidad tecnológica’ que establezca sinergias entre sí y acelere el desarrollo tecnológico/industrial.
La alusión a la fábrica es positiva, tanto por sus características formales que generan un espacio multifuncional, flexible y luminoso, como por su vinculación cultural de evolución de los procesos industriales. Esta dualidad facilita la comprensión de los procesos tecnológicos y ayuda a la conciliación con ellos.
¿Cómo se afronta desde Turull Sorensen en un proyecto tan grande el tema medioambiental?
La intención es crear un gran espacio donde pasan muchas cosas, lo que alargará su vida. Estamos en suelo industrial, su configuración principal de estructura, envolvente y dotación admitirá con facilidad a las demandas que puedan aparecer. Su interior modular permite una distribución flexible y es fácilmente adaptable.
Lo más sostenible es plantear un periodo de vida del edificio muy largo, pero en caso de finalización de su ciclo, la mayoría de los materiales pueden ser reutilizados (estructura metálica, fachadas de vidrio, forjados de losas prefabricadas, losa pb de sobrecarga industrial, conductos y tubería metálicos) facilitando la circularidad.