Entrevistamos a Raphael Gielgen, Jefe de Investigación y Tendencias de Vitra. Visita más de cien empresas en un año. Estudia la arquitectura, la tecnología y el cambio social en el contexto de los entornos de trabajo y profundiza en cómo está cambiando el mundo laboral y qué impacto tiene en los modelos de negocio existentes. Su curiosidad irrefrenable aporta ideas que suenan más como una utopía virtual que como una realidad que se ha experimentado. El mundo es su lugar de trabajo, el futuro es su área de investigación.

¿Cómo encuentra Raphael Gielgen las claves del nuevo mundo del trabajo?

Viajando continuamente para descubrir cómo será este espacio del mañana, escuchando a líderes empresariales, arquitectos y diseñadores, para extraer conclusiones y poner este conocimiento al servicio de la sociedad. Mi objetivo es hacer una contribución positiva para lograr el progreso no solo en nuestra propia organización, sino también para nuestros clientes. Por supuesto, esta es una comprensión muy privilegiada del trabajo, que contiene un alto grado de libertad.

¿La transformación se produce de forma rápida?

Se podría decir que es la cuarta revolución industrial, la que afecta a la agenda del trabajo a nivel mundial ahora mismo. Durante los últimos cien años, no ha habido nada que se asemeje al alcance y la velocidad de las transformaciones en el mundo del trabajo. El efecto sistémico con que el mundo aborda ahora el progreso y logra avances, no era posible en el pasado. Las ramificaciones son múltiples e impredecibles. Un nuevo mundo alrededor del trabajo está tomando forma y, ahora, hay que reconocer las tendencias y patrones.

¿Se concentra este cambio en determinados puntos?

La zona cercana a San Francisco que reúne en unos pocos kilómetros a más de cinco mil empresas tecnológicas se han convertido en el equivalente de lo que fue Florencia durante el Renacimiento. Todos los cambios importantes parten de allí y muchos modelos nuevos se originan en este cinturón empresarial. Son empresas jóvenes que trabajan según sus propios criterios, con horarios flexibles, equipos móviles…

Marcel Benedito, Director editorial de DISTRITO OFICINA con Raphael Gielgen

¿Cómo son los formatos de oficina de las nuevas empresas?

Son espacios creados para un enfoque del trabajo diferente, donde son más importantes las relaciones entre personas, la comunicación y la colaboración que los valores tradicionales, basados en el individualismo y la seguridad. Los nuevos espacios buscan atraer el talento y crear un clima vital provechoso. Se podría concluir que el mejor lugar de trabajo es más una cuestión de necesidades y actitudes temporales que una ubicación física concreta.

¿Cómo influye la digitalización según Gielgen?

La actitud correcta es importante, pero el lugar físico definitivamente juega un papel esencial en esta era digital. Aunque muchos de nosotros tenemos la oportunidad de trabajar cuando y donde queramos, las compañías continúan invirtiendo en edificios administrativos o en un campus. La arquitectura puede crear un sentido de orientación y generar muchas ideas y sentimientos en nosotros, si se hace bien. Lo mismo se aplica a un diseño interior inteligente, flexible y atractivo. El objetivo es crear un lugar con el que las personas puedan identificarse, darles un lugar que se sienta como en casa y proporcionar un estímulo que los inspire.

¿Entonces la digitalización no está haciendo que la oficina sea obsoleta?

La tecnología de hoy nos ofrece la máxima libertad con respecto al trabajo en un grado sin precedentes. Pero no solo amamos la autonomía, también tenemos la necesidad de pertenecer. Queremos ser parte de una comunidad más grande. Aunque queremos trabajar de manera autodeterminada, también estamos fuertemente orientados hacia la comunidad. El trabajo se lleva a cabo en algún lugar entre estos dos polos.

Son oficinas pensadas para gente joven…

En efecto. Sólo te daré un dato. La edad media de los trabajadores en los países europeos, con oscilaciones, está alrededor de los cuarenta y cinco años. En los países asiáticos más pujantes, la edad media de los trabajadores está en los veintitantos. Obviamente, eso aporta un modelo de cultura muy cercano a las inquietudes de los jóvenes, entre las que destaca una gran curiosidad. Y esto hay que estimularlo.

¿Cómo podría ser ese tipo de estímulo?

Tenemos una percepción muy fuerte de lugares u objetos físicos, y muchos recuerdos están asociados con tales cosas. Las personas que tienen esta conciencia diseñarán sus interiores en consecuencia. Me gusta visitar MIT, por ejemplo, porque tienen grandes paneles de vidrio que te dan vistas de los laboratorios incluso desde los pasillos, haciéndolos al menos visualmente accesibles. Puedes ver a las personas y las cosas con las que trabajan. Si tienes un nivel básico de curiosidad, eso desencadena inmediatamente algo en tu cerebro. Tus sinapsis comienzan a establecer conexiones. Pero también hay muebles y objetos que tienen este efecto porque tienen un aura fuerte.

Raphael Gielgen

¿Cómo ve Raphael Gielgen el futuro espacio de trabajo?

La palabra clave es movilidad. Las oficinas deben adaptarse a este factor que hace que la gente trabaje donde le apetezca. Pero también a la flexibilidad que deben observar las empresas para que su modelo de negocio triunfe. Lo más importante es escuchar la narración que hace el cliente y atenderle. Ya no basta con tener una buena idea. Hay que saber evolucionar rápidamente según la narrativa de los clientes.

¿Cuál es el mayor desafío al que se enfrente el mundo del trabajo?

Yo diría que no sólo el mundo del trabajo, sino la sociedad en general. El mayor desafío es conseguir armonizar la nueva cultura digital y las transformaciones sociales que ello comporta con la cultura tradicional y todas las cosas maravillosas que, de ninguna manera, podemos dejar atrás como si no tuvieran ninguna importancia. Hemos de aprender a armonizar ambos mundos.

¿Según Gielgen una pieza bien diseñada puede mejorar la vida?

Yo diría que lo que puede hacer es inspirar, ayudar a que entendamos qué es auténtico y cuáles son las cosas que merece la pena tener a nuestro alrededor. Un buen diseño también es cultura.

ENTREVISTA: MARCEL BENEDITO. 
FOTOGRAFÍAS: DISTRITO OFICINA, VITRA. 
Entrevista realizada a Raphael Gielgen en el showroom Vitra de Barcelona.