El Grupo IWG alberga en España diferentes marcas dedicadas al espacio de trabajo flexible. Regus, Spaces y HQ son las firmas que actualmente operan en nuestro país. Philippe Jiménez, director general de IWG en España y vicepresidente de ventas para el sur de Europa y Benelux, nos explica en esta charla las claves del crecimiento imparable de este formato de trabajo, sus retos y las ventajas enormes que aportan a personas y empresas.
¿Qué ha supuesto la pandemia para el sector de los espacios flexibles?
La crisis del Covid ha acelerado una dinámica que ya existía anteriormente. Ha supuesto un crecimiento exponencial de las oportunidades que se ofrecen a las empresas gracias a la clase magistral sobre tecnología que ha impartido a las personas. En esta coyuntura, las empresas se adaptan a los cambios y gracias a los espacios flexibles no pierden productividad. Los beneficios que aportan nuestros entornos son esenciales: se reducen los costes por desplazamientos y la huella de carbón inherente; se consigue atraer y retener el talento al escuchar los deseos de las personas; también se obtiene mayor libertad gracias a los nuevos equipos de IT y el auge del trabajo en remoto.
¿Las nuevas tecnologías influyen en este sentido?
Las nuevas tecnologías son el verdadero motor del cambio que están viviendo las compañías en todo el planeta. Han democratizado el espacio de trabajo gracias al uso de la digitalización y la “nube” que permiten a las personas escoger dónde y cuándo quieren trabajar. La evolución tecnológica es brutal. Entre el dominio del fuego y la invención de la rueda transcurrió un millón de años. Hoy, los cambios se concretan en cuestión de meses y eso ha provocado una transformación de nuestra forma de desenvolvernos en la vida. Estamos en una sociedad cada vez más líquida. Lo único que ha hecho la crisis sanitaria es acelerar la adaptación de las personas a estas nuevas tecnologías y la adopción de un nuevo modelo de trabajo.
Por otro lado, las nuevas generaciones tienen un concepto distinto del trabajo. Ya no contemplan estar en una oficina unas determinadas horas, son conscientes de que las nuevas tecnologías les permiten trabajar desde cualquier sitio, en cualquier momento, y conciliar mejor su vida profesional y personal.
¿Cómo consiguen crear un espacio para un cliente que aún no conocen?
Cualquier tipo de empresa o trabajador autónomo es cliente potencial de un espacio de coworking. El secreto no es adivinar lo que necesitará nuestro usuario sino adaptarnos a él. En este sentido, los espacios flexibles de IWG funcionan como la industria del automóvil: presentamos un modelo estándar y mil opciones de personalización para adaptarnos a cada caso. Permitimos al cliente que diseñe su oficina, que la convierta en una extensión de su casa. Hemos lanzado en todo el mundo el programa DYO (Design Your Office) pensado para ofrecer todas las opciones de personalización posibles. Le ofrecemos un catálogo con un abanico amplísimo de elementos de equipamiento para que proyecte su espacio.
Ofrecemos espacios abiertos en los que se pueden reunir los profesionales para compartir ideas y generar sinergias. Son áreas idóneas para suscitar conversaciones que pueden convertirse en relaciones y, fácilmente, en futuras colaboraciones profesionales. Al mismo tiempo, también disponemos de oficinas, salas de reuniones y estancias de trabajo privadas para un número limitado de personas.
¿Cómo se puede convertir el diseño interior en un gancho?
Trabajamos con muchos proveedores habituales cuyo catálogo se identifica con la filosofía de las diferentes marcas de oficinas de IWG, posicionadas según segmentos específicos. Incorporamos y mantenemos con fidelidad nuevos proveedores europeos a nuestro repertorio para que los centros de coworking de todo el mundo tengan un estilo similar. Ello nos permite adaptarnos al cliente y ofrecerle un servicio de alta calidad, rápido, industrial y homogéneo, sea en Milán o en Dakkar. Tenemos un almacén de mobiliario en Madrid para atender rápidamente estas necesidades, lo cual requiere un gran esfuerzo logístico.
¿El espacio coworking es la mejor opción para los startups según Philippe Jiménez?
Los startups que se integran en un coworking disfrutan de las mismas ventajas que las empresas consolidadas –diseño, atracción de talento, reducción de costes inmobiliarios, sostenibilidad, flexibilidad y agilidad – con un plus muy interesante: la posibilidad de trabajar en un espacio donde es fácil socializar, intercambiar experiencias y evitar el aislamiento típico de los primeros años. Los startups tienen a su disposición la infraestructura de una gran empresa, pero sin los costes asociados. Por eso, el modelo de trabajo flexible es ideal para los profesionales que están comenzando a montar sus empresas: les permite crecer de manera orgánica muy sencilla.
¿Les preocupan los temas relacionados con la sostenibilidad?
Estamos centrando nuestros esfuerzos en la salud, buscamos edificios con certificación LEED que nos garanticen que son sostenibles. Además, todas nuestras oficinas cuentan con estrictos protocolos de seguridad para garantizar el bienestar de todo aquel que acuda a nuestros centros. IWG procura ofrecer con todas sus marcas un entorno seguro que despierta los sentidos.
¿Aún puede crecer el mercado del coworking?
El mercado de las oficinas flexibles tiene un gran recorrido por delante. En nuestro país representamos entre el 1 y el 2 por ciento del mercado inmobiliario para oficinas mientras que Londres o Ámsterdam se encuentran en el 5 por ciento. Las expectativas de crecimiento, en mi opinión, son de hasta el 40 por ciento para los próximos diez años. Nuestra empresa abrió 20 000 m2 el pasado año en España y para este tenemos una previsión de 30 000 m2.
¿Cuál es el mayor reto al que se enfrentan ahora mismo?
Estamos haciendo una gran labor de descentralización que aportará grandes ventajas a las empresas y a las personas. No tiene sentido que el talento se desplace forzosamente a las grandes capitales para crecer y encontrar empleo. Apostamos por abrir centros en ciudades medianas y capitales de provincia de forma que una persona pueda desarrollar todo su potencial desde Zaragoza o Gijón, aunque trabaje para una compañía ubicada en Madrid o Barcelona. Nuestros espacios permiten que las personas puedan trabajar desde cualquier sitio y eso supone un gran ahorro en capital, en tiempo, en energía y en esfuerzo, incluido el que supone adaptarse a ciudades con un alto coste de vida.
ENTREVISTA MARCEL BENEDITO. FOTOGRAFÍA IWG