Leyre Octavio de Toledo, Directora General de Arquitectura de Savills Aguirre Newman
Asegura la responsable de Arquitectura de Savills Aguirre Newman que el espacio de trabajo es parte fundamental de la personalidad de una empresa y de los valores que quiere transmitir. La impresión que cualquier persona se lleva cuando visita las oficinas condiciona su percepción de la empresa y por eso SAN asume los objetivos de sus clientes como los suyos propios, ofreciendo sus servicios integrados para el proyecto en conjunto.
¿Qué ventajas aporta la integración de servicios –inversión, consultoría, arquitectura, gestión– a la creación de espacios de trabajo?
Las ventajas son todas. Formar parte de una plataforma como Savills Aguirre Newman nos aporta una visión muy completa de lo que las compañías demandan desde muchos puntos de vista. Nos permite tener una visión 360º del cliente y, por supuesto, del producto inmobiliario, en este caso las oficinas, en el que el espacio de trabajo es un aspecto fundamental.
Además nos permite ir siempre por delante en lo que a tendencias se refiere. En un plano, digamos, teórico, equipos como el de research son una ventana abierta a lo que sucede en otros lugares del mundo en cuanto a los diferentes aspectos que afectan a los mercados de oficinas globales.
Y luego están los aspectos prácticos. Gestionar varios millones de metros cuadrados a través del property o del facility management nos sitúa en el día a día de la vida de los edificios y de sus usuarios. Nos permite conocer de primera mano lo que demandan y lo que valoran. Y no sólo eso: trabajamos mano a mano con nuestra área de agencia, que se dedica a asesorar a las compañías en sus cambios de sede. Les acompañamos en la búsqueda y vemos la percepción que esas empresas tienen de cada edificio que valoran. Imagínate el valor que eso tiene para nosotros.
Creo que tenemos una posición privilegiada para hacer bien nuestro trabajo
Oficinas Abanca proyectadas por Savills Aguirre Newman
¿Qué suele inquietar a las empresas en lo relativo a optimizar sus espacios?
Como es lógico, antes de afrontar un proceso de este tipo, las preocupaciones son muchas. No hay que olvidar que la optimización de espacios pasa por herramientas como “new ways of working”, movilidad, no territorialidad, hot desking… es decir, fórmulas que suponen un cambio sustancial en las formas de trabajar y de interactuar en el día a día.
Esto supone una nueva realidad, en muchos casos, radicalmente distinta, y esa diferencia es la que provoca en las empresas, en muchas ocasiones, miedo a que los empleados no sepan adaptarse a ella. Como en cualquier proceso de cambio, otra preocupación es la de no cumplir los objetivos por los que se hace. En este caso, les inquieta que la optimización de los espacios no consiga su objetivo de mejorar eficiencia, productividad… incluso que pueda llegar a tener un efecto contraproducente.
Por último, y no necesariamente en este orden, está la comodidad del empleado. Hoy en día, el espacio de trabajo es una herramienta fundamental tanto para la atracción como para la retención del talento y que los profesionales estén a gusto es mucho más que una preocupación, es una necesidad.
Por todo esto es muy importante que sepamos medir muy bien lo que queremos hacer. Es clave trabajar conjuntamente los objetivos de la empresa, entender la organización, saber hasta dónde quiere llegar y hasta dónde puede llegar. En definitiva, es cierto que las preocupaciones existen, pero nuestra labor es minimizarlas haciendo ver a nuestros clientes cómo va a ser el día después.
¿Nos puedes explicar las claves del change management en la actualidad?
Antes de responder a esta pregunta creo que es fundamental entender por qué es necesaria dicha gestión del cambio. Acompañar a un proceso de nuevas formas de trabajo con una correcta gestión del cambio es clave porque el nuevo espacio de trabajo tiene consecuencias que van mucho más allá del propio espacio y que afectan a los procesos, formas de trabajo y cultura de la compañía. Podríamos decir que, en ocasiones, puede llegar a significar una transformación de la empresa.
En cuanto a las claves, yo las resumiría en tres: liderazgo, comunicación y ambición.
Liderazgo en el sentido de que un proyecto de este tipo solo funciona si es apoyado, defendido y, diría más, impulsado desde la alta dirección de la compañía. Requiere de una enorme “convicción” de que lo que se hace es en beneficio de la organización y eso debe reflejarse en una serie de acciones muy consistentes en el tiempo y definidas detalladamente con anterioridad.
¿Cuáles son las claves de entendimiento con vuestros clientes?
El punto de partida es saber que cada cliente es único y diferente a todos los demás. Aunque haya modas, tendencias, tecnologías más o menos en uso en cada momento, cada empresa es diferente y debe ser analizada y tratada de manera distinta. Es clave conocer a ese cliente, el por qué estamos allí y qué es lo que espera obtener. Por eso, cuando comienza un proyecto nuevo siempre recomendamos a nuestros clientes que nombren un interlocutor que reúna una serie de características:
En primer lugar, que tenga un conocimiento profundo de la empresa, con capacidad de decisión y aceptación por parte de su organización, de arriba abajo en todos los niveles. En segundo lugar, es imprescindible buscar interlocutores que, por formación y empatía, van a ser válidos.
Esto nos va a permitir conocer mejor la organización y poder hacer un proyecto que se adapte totalmente a sus necesidades, algo en lo que no te puedes equivocar. En este sentido, la tecnología también ayuda mucho. En la actualidad, el hecho de trabajar con herramientas como BIM o Revitt permite poder visualizar de manera virtual lo que vas a hacer y trabajar sobre esa “realidad” futura. Es algo más que entendernos con el cliente. Tenemos que ser parte del cliente haciendo nuestros sus objetivos. Su proyecto es nuestro proyecto.
¿Cómo se organiza la división de Arquitectura de Savills Aguirre Newman?
Tenemos una organización totalmente orientada al cliente y la configuración del equipo viene muy marcada por esa premisa. Para Savills Aguirre Newman Arquitectura es imprescindible tener un equipo multidisciplinar muy compensado con perfiles distintos tanto en formación como habilidades y destrezas. Eso nos permite asignar equipos ad hoc en función tanto del cliente como de lo que la arquitectura demanda en el edificio.
Por decirlo de otra forma, es una organización basada en la flexibilidad y en la adaptabilidad a la “personalidad” de cada cliente y cada proyecto por un lado y a los requerimientos técnicos por otro. Por ejemplo, hay proyectos intensivos en diseño y otros que requieren soluciones creativas desde el punto de vista de ingeniería. Tenemos que ser capaces de asignar equipos que respondan a esas necesidades –insisto– muy diferentes en cada caso.
¿Qué importancia adquieren certificados como el LEED Gold que ha obtenido vuestra sede?
Muchísima. No por el certificado en sí mismo sino por lo que significa. Una certificación LEED es una garantía de que se han realizado una serie de acciones encaminadas a mejorar en términos de sostenibilidad y medio ambiente. Y su importancia radica en las implicaciones que tiene en diferentes ámbitos.
En primer lugar, en las consecuencias que esas acciones tienen sobre aspectos tan valorados hoy como son la salud y el bienestar de los empleados. Sea cual sea el fin último que cada compañía busca con una certificación de sostenibilidad, la realidad es que redunda en beneficio de los trabajadores y, por ende, de la empresa. Y no sólo eso. También demuestra la alineación de la organización con valores que, a buen seguro, comparten sus empleados. En una sociedad cada vez más concienciada con el medio ambiente, el hecho que tu empresa se preocupe por ello genera un vínculo emocional directo.
Por otra parte, supone una muestra de puertas a fuera, a la sociedad en su conjunto, de los valores que la empresa quiere transmitir y preservar. Digamos que es parte de la “personalidad” de la empresa, un rasgo que dice mucho de ella en términos de compromiso.
Y por último, por qué no, es una invitación a otros a preocuparse y ocuparse de mejorar sus oficinas, sus edificios, su ciudad. En un entorno tan competitivo como el que vivimos, la diferenciación de unos (también en materia ambiental) es imitada y superada, si cabe, por otros, lo que hace que cada vez más empresas se sumen a esta tendencia, favoreciendo las prácticas responsables ambientalmente.
En el caso concreto de nuestra sede, el haber conseguido este sello en un edificio de las características de General Lacy 23, edificio antiguo protegido, demuestra nuestro conocimiento técnico e inmobiliario, así como que todo inmueble es susceptible de mejoras que aseguren el rendimiento energético, minimicen el consumo y potencien el bienestar de sus habitantes.
¿Cuáles son los grandes retos que plantea el workspace de la generación millennial?
La generación millennial se ha caracterizado por desarrollar una nuevo antropocentrismo, diferente pero semejante al ocurrido en la Italia del Renacimiento. En este sentido las nuevas concepciones de los espacios de trabajo radican en las personas como centro de gravedad sobre el que todo deber girar en una organización.
El diseño, la tecnología y la sostenibilidad son tres pilares fundamentales del proyecto workplace, siempre buscando el bienestar y el confort de los profesionales para conseguir una oficina eficiente, sostenible y, por supuesto, humana. Ya no se trata del lugar donde los empleados “deben trabajar” sino de un lugar donde esos empleados “quieran trabajar”. Es un cambio de paradigma que sitúa a la persona en el centro de la empresa. El individuo, con sus deseos y sus necesidades, se ha convertido en el centro de gravedad y el motor que actúa como factor fundamental de la empresa.
Creo que la generación millennial no sólo favorece estas tendencias, sino que las baña de una dosis tremenda de inconformismo, lo que se traduce en la necesidad de diseñar espacios flexibles y fácilmente re-adaptables a las necesidades de los individuos en cada momento y circunstancia.
ENTREVISTA MARCEL BENEDITO FOTOGRAFÍA ARCHIVO SAVILLS AGUIRRE NEWMAN