Entrevistamos al arquitecto valenciano José Costa, autor de la interesante reforma del cine Goya convertido en espacio de coworking para la firma Wayco en el barrio de Ruzafa.

¿Cuál es la principal preocupación del arquitecto cuando se enfrenta a un espacio de trabajo colectivo?

Encontrar el equilibrio adecuado en cada uno de los aspectos. Equilibrio entre privacidad y colectividad. Entre los diferentes tipos de espacios: abiertos, cerrados, grandes, pequeños, definidos, ambiguos, de esparcimiento… Equilibrio económico, que está directamente relacionado con la cantidad de puestos de trabajo, con la densidad, y que va en sentido opuesto a la cualidad espacial. Equilibrio entre la definición de los ambientes y la participación del usuario. Saber parar en el momento adecuado. Equilibrio entre la comodidad y el diseño, el confort térmico, acústico y visual.

José Costa

Entre la tecnología, la idea de fábrica y producción y, por otro lado, la de hogar y bienestar. No es cuestión de dejar la balanza lo más equilibrada posible. La complejidad viene de tratar de entender hacia qué lado conviene inclinarse en cada caso.

¿Una oficina es una escenografía para José Costa?

Una oficina puede ser muchas cosas. Uno de los cambios fundamentales en el diseño de oficinas es la idea de que el lugar de trabajo no necesita adoptar un carácter concreto, corporativo y formal. Puede parecer una biblioteca, una casa, una fábrica antigua, un centro comercial. Un poco de cada o nada de eso. Por un lado, es la carta de presentación de la empresa o el usuario. Su traje. Por otro, es su entorno visual la mayor parte del día, su pequeño universo. Diseñar este paisaje adquiere una gran importancia e influye decisivamente en lo que allí suceda.

¿La oficina abierta está en crisis?

Lo que está en crisis es la masificación, la densidad excesiva que se estaba dando de forma generalizada. Estamos viendo un reajuste de proporciones entre espacios abiertos y despachos privados. Los primeros no pueden satisfacer ciertas necesidades de confort acústico, control térmico individualizado o privacidad. A muchos usuarios les es suficiente con tener salas donde recogerse, reunirse en privado, o cabinas donde hablar tranquilamente por teléfono. A otros, no.

José Costa

La pandemia ha añadido el factor psicológico, pero no deja de ser una cuestión de densidad. De distancia horizontal entre personas, pero también de volumen, de sensación espacial. En Wayco Ruzafa la mayoría del espacio de trabajo es abierto, pero debido a la altura de este, luz natural, configuración, diseño, ha mantenido una alta ocupación durante el último año a pesar de las circunstancias.

Explícanos en pocas palabras el proyecto Enredant de José Costa

Enredant surge de manera espontánea a partir de una intervención en el Mercado del Grao de Valencia a finales de 2015.  En esa época yo tenía el estudio en un bajo justo delante de un mercado agonizante, donde solo quedaban cinco puestos de venta, de los más de 100 que tenía de capacidad. Era un lugar que había sido bloqueado por intereses políticos, totalmente desaprovechado y cada vez más degradado.

José Costa

Surgió la idea y la oportunidad de hacer mucho ruido artístico y cultural durante dos semanas, involucrando a los vecinos y comercios locales. Conseguimos llenarlo de gente y vitalidad durante ese tiempo. Y, sobre todo, la conciencia de que ese lugar era de todos. Que podía servir para muchas cosas. Un verdadero ejercicio de arquitectura sin necesidad de construir.

De ahí surgió el colectivo Enredant

Agitadores de lugares comunes. Nuestra motivación es cambiar la mirada sobre el entorno conocido, abrir posibilidades, provocar, avivar, despertar y unir. Usar el arte y la cultura como motores de activación. Realizar una crítica propositiva desde una vertiente lúdica, abierta y participativa.